sexta-feira, 10 de julho de 2009

Voto desde el exterior: El derecho a la ciudadanía plena más allá de las fronteras

Reza en una de sus acepciones el diccionario de la Lengua Española que ciudadanía es el conjunto de los naturales de un pueblo o nación. Es una característica natural del diccionario contener definiciones de corte conservador, en la medida que todo diccionario que se precie sólo contiene los significados ya debidamente verificados y consagrados por su uso. O sea, cuando citamos el diccionario, difícilmente corremos el peligro de invocar conceptos novedosos o revolucionarios. Como vemos, en la definición transcripta no se hace ninguna referencia a que la condición ciudadana esté delimitada por la pertenencia a un territorio. Sin embargo, nos consta que los estados nacionales, en su consolidación como tales, han supervalorado la cuestión territorial. El Uruguay no ha sido ajeno a ese fenómeno, en la medida en que se constituía como una joven República – amenazada en sus fronteras - precisaba afirmarse territorialmente y simultáneamente constituirse en Nación, o sea construir una identidad. De hecho, en el Artículo 74 de la Constitución de la República Oriental del Uruguay se puede leer: Ciudadanos naturales son todos los hombres y mujeres nacidos en cualquier punto del territorio de la República. Son también ciudadanos naturales los hijos de padre o madre orientales, cualquiera haya sido el lugar de su nacimiento, por el hecho de avecinarse en el país e inscribirse en el Registro Cívico.
Aún pudiendo ser conservador, el diccionario no hace alusión a la territorialidad y nos lleva al meollo de la cuestión en lo que se refiere al ser uruguayo en el exterior: ¿Somos individuos que al momento de atravesar la frontera dejamos de pertenecer a esa comunidad que se identifica como uruguaya o, por el contrario, cargamos con nosotros, más allá de la frontera, nuestra identidad expandiendo la Nación por donde vamos? Interesantemente, el Artículo 81 de la Constitución dice: La nacionalidad no se pierde ni aun por naturalizarse en otro país,… En este punto, la Constitución se aproxima de la definición del diccionario y entiende, como lo entendemos nosotros, que aun fuera de fronteras seguimos siendo nacionales uruguayos. En principios como este se basa la acción de las representaciones consulares, dar asistencia al ciudadano uruguayo en el extranjero. Sin embargo, ¿podemos considerar como integral la condición ciudadana si aquellos que estamos fuera, pero hemos decidido permanecer uruguayos, no podemos ejercer plenamente nuestros derechos, entre ellos el del voto? Para respondernos esta pregunta, nuevamente podemos echar mano a la Constitución, más exactamente al Artículo 77 que dice: Todo ciudadano es miembro de la soberanía de la Nación; como tal es elector y elegible en los casos y formas que se designarán
Solucionar la contradicción.
Justamente, para resolver la contradicción establecida por el reconocimiento de un derecho y su falta de su instrumentación, es que se viene a proponer la enmienda que habilita el voto de los uruguayos desde el lugar donde estén, o sea, el voto epistolar. La misma, aprobada en el Parlamento para ser plebiscitada el 25 de octubre, se introduciría como Numeral 13 del mismo Artículo 77 a que hacíamos referencia y contiene el siguiente texto: Los ciudadanos uruguayos habilitados para votar tienen derecho al sufragio en elecciones, plebiscitos o referéndum, desde cualquier país donde residan o se encuentren, por la vía epistolar. Además de esa vía, la Corte Electoral podrá instrumentar otros procedimientos, siempre que asegure que el sufragio se ejerza con las mismas garantías. De este modo se resuelve una injusticia histórica, porque si bien se reconoce con fuerza el fenómeno de la emigración desde la década de 70, ya en los años cuarenta se estimaba en 100.000 la cantidad de compatriotas residentes en Argentina, sin embargo, nunca se desarrollaron políticas de estado que buscaran mantener el vínculo de esta emigración con el país. Cabe al pueblo uruguayo, aplicando ese estupendo instrumento que es el plebiscito, comenzar a corregir esta distorsión que ha puesto a nuestro país – generalmente vanguardista en el respeto a los derechos civiles – en la incómoda situación de ser uno de los pocos países en no haber instrumentado algún tipo de voto desde el exterior.
Percibimos que la vinculación es un tema que excede en mucho la estrecha discusión sobre el derecho al voto, pero el haberse puesto este tema en el tapete tiene la virtud de haber provocado que la sociedad se vea obligada a adoptar una posición. Lamentamos que el tema también haya hecho irrumpir la mezquindad de aquellos que antes que discutir la esencia del asunto, prefieren limitarse a argumentar de acuerdo a cálculos electorales. Esperemos que a lo largo de la campaña, el pueblo al interior del Uruguay - que es al final quien tiene en sus manos la decisión – no se deje llevar por el espíritu superficial y tacaño de los que sostienen que los de afuera son de palo. Por suerte las encuestas parecen indicar lo contrario, que los compatriotas dentro del país comprenden la profundidad del tema, al final, ¿qué familia no tiene alguien lejos?
¿Cómo podemos trabajar hacia el plebiscito desde el exterior?
Lo que nos da una pista es justamente la pregunta final del párrafo anterior. Todos los uruguayos que no hemos renunciado a pertenecer a esta Nación Oriental tenemos una inmensa red de familiares al interior del país, es con ellos que tenemos que comunicarnos, debatir, explicar y convencer de que cuando salimos no fue que le dábamos la espalda al país, sino que lo llevábamos con nosotros a dondequiera que estuviéramos. Que el Uruguay solo se agranda y nada pierde cuando incorpora como suya la variedad, las ideas, la visión multicultural que la emigración puede aportar en un momento en que las fronteras de hecho se hacen permeables y donde la movilidad alcanza su máxima expresión, llámesele a eso Globalización, Mundialización, Post-Modernidad o como sea. En lo que respecta al Consejo Consultivo de Uruguayos en Porto Alegre y Área Metropolitana, entendemos que no podemos esperar de brazos cruzados a que esto se dirima por sí solo. Por lo mismo, estamos lanzando la campaña por el sí al voto epistolar bajo el lema: ORIENTALES SIEMPRE, CIUDADANOS TAMBIEN: ¡DECILE SI AL VOTO!. Por lo anterior, contamos con todos ustedes en las diversas actividades que estaremos organizando para evidenciar que ¡los uruguayos de acá somos tan ciudadanos cómo el que más!

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